Breve descripción del objeto de estudio.

La estructura social y religiosa desarrollada en torno al maíz en el contexto mesoamericano, en el siglo XVI sufrió mediaciones a raíz del encuentro de dos civilizaciones (peninsulares y distintas culturas mesoamericanas), el proyecto de los peninsulares tenía pretendía la unificación de los territorios conquistados por medio del catolicismo, lo cual había servido de estandarte de guerra, dentro de la nueva estructura política-religiosa.
Ante esta nueva bases la religión del antiguo culto religioso, estaba condenada debido que las órdenes religiosas seculares trataron de erradicarlas denominadoras “herejías” y siendo prohibidas, perseguidas y castigadas. No va ser extraño que Felipe Castro.[1] Haga referencia que algunas rebeliones realizadas en la nueva España fueron encabezadas por antiguos sacerdotes debido que eran perseguidos, además representaban un grado de autoridad y temor además trataban de recobrar su estratificación social que el nuevo régimen le había quitado.
 El mismo autor alude que no hay que tener una visión de los naturales como receptores pasivos de la imposición católica, hace referencia que la resistencia estuvo presente desde adorar sus ídolos en las clandestinidad de cuevas y montes, así como enterarlo en las iglesias o adorándolos en una advocación  católica.
Dentro de estos grupos que lograron perpetuar su continuidad, se encuentran denominados de manera general graniceros, término empleado para para referirse a las personas que intervienen entre la naturaleza y el hombre, personas con la capacidad de manipular los fenómenos meteorológicos como evitar las colas de agua, espantar el granizo, “especialistas meteorológicos”.[2]
En cada lugar tiene su propia denominación y características propias como: “aguador” para San Pedro Tlatizapan, “ahuizotes” en Xalatlaco, “granicero” para Santiago Tilapa, ellos obtienen su nombramiento y su cargo al ser alcanzados por dos centellas.[3] La primera es de sexo femenino lo arroja y a los pocos minutos una segunda centella de sexo masculino incorpora a la persona.[4]
Este trabajo tiene como espacio geográfico la comunidad de San Pedro Techuchulco, pueblo perteneciente al municipio de Joquicingo, estado de México donde habita una agrupación de cuatro a seis  personas las cuales se les nombra “saudinos”.[5] Quienes obtiene su deber desde el cielo y la centella reafirma ello. Pero esto concluye hasta ser curados del mal del rayo,[6] su anexión de grupo depende de los integrantes del mismo quienes lo inician e instruyen para trabajar el temporal y poderes curativos.
Con respecto al trabajo que realizan, su actividad gira en tres fechas que coinciden con festividades religiosas, tres de mayo, 14 de agosto y primero de noviembre. En que suben al cerro de “el torito” donde se realizan un ritual agrícola para iniciar el temporal y la finalización del mismo, así como el agradecimiento al agua enviada.  En la manera de proceder se colocan ofrendas en distintos parajes y se realizan dos procesos de  sanación, uno de ellos más complejo uno delegándole a un ídolo a quien se le atribuyen poderes curativos fuertes. El cerro recibe también en el nombre del cerro de Olotepec, el cual funciona de lindero natural delimitando con la Villa de San Nicolás Coatepec “de las Bateas”, Ocuila y San Mateo Texcalyacac.






Fotos tomadas desde el cerro el Torito.





[1] Castro Gutiérrez, Felipe (1996), La rebelión de los indios y la paz de los españoles, CIESAS-INI, México.
[2] Becerril Juárez, Alicia  (2015) Alicia Observar, pronosticar y controlar el tiempo. Apuntes sobre los especialistas meteorológicos en el Altiplano Central, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas.
[3]Es un fenómeno natural relacionado con las tormentas eléctricas tiene relación al rayo pero  la intensidad de  descarga eléctrica es menor.
[4] Becerril, Edgar (2013), Cosmovisión y religiosidad popular entre los graniceros de Xalatlaco, tesis de antropología, UAEM, Estado de México.
[5] En la comunidad de se le conoce como, ”saudino” o granicero.
[6] El termino hace referencia a los que les cae la centella y deben ser curados por dos o más ”saudinos”.

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